Dulces Párrafos ROJO FEROZ



[Rosie y Silas]
No está bien desear que tu hermana no esté en la habitación contigo y Silas; no está bien traicionarla, engañarla a sus espaldas. Si aún considerara a Silas como sólo un amigo, lo abrazaría en busca de consuelo, pero albergo ese deseo que retumba en mi pecho que teme abrazarlo demasiado cerca, tocarlo con demasiado cariño. ¿Cómo podemos estar bien mi hermana y yo si lo único que quiero es tocar a su socio?


[Rosie y Silas]
-Lo siento -murmura, pero no se aleja.
-¿Por qué?
-Porque hay algo que debo hacer -dice, con la voz suave como el terciopelo.
Silas desata sus dedos de los míos y sube las manos hasta mi rostro, para secarme las gotas de agua con la palma. El cosquilleo de mi pecho se extiende por todo mi cuerpo, late en mis venas, suplica ser liberado. Pongo las manos sobre su pecho como si supiera lo que estoy haciendo, y finalmente se inclina hacia mí y me coloca suavemente el mentón hacia arriba.


-Scarlett. -Silas pronuncia mi nombre completo con irritación-. ¿Cómo puedes ser tan tonta?
Me vuelvo hacia él, con el ojo alarmado. Se acerca a mí con ademán comprensivo.
-Scarlett, eras tú. Mucho antes de Rosie, te deseaba a ti.
Quiero reírme, porque estoy segura de que bromea, pero en cambio me quedo atolondrada, cortada.
-¿Por qué me dices eso? ¿Para herirme? -le susurro.


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